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La fabricación de cerveza consta de 3 etapas principales, os resumimos brevemente estas etapas y quizás algún día las explicamos con más detalle:
La molienda de las maltas la hacemos con un molino un rato antes de empezar la maceración.
- La Maceración: Donde se pone en contacto el grano de cereal malteado, recién molida, con agua caliente (en un proceso donde se hace un calentamiento escalonado del agua para conseguir extraer las mejores propiedades de los maltas). Este proceso extrae los azúcares de la malta y se obtiene un mosto con el que se hace la siguiente etapa.
- La Cocción: El mosto obtenido anteriormente se lleva a ebullición y se le adiciona lúpulo. En esta etapa preparamos una «infusión» de lúpulo que tendrá varias características (amargor, aroma, etc.) dependiendo de las cantidades y tipos de lúpulo que utilizamos y del momento en que lo ponemos en la olla. La cocción además, sirve para desinfectar el mosto y asegurarnos una buena fermentación.
- La Fermentación: El mosto obtenido en el apartado anterior se enfría y cuando se encuentra a temperatura ambiente se le adiciona la levadura. La levadura es el responsable de transformar los azúcares extraídos en la etapa de malteado en etanol (alcohol) y dióxido de carbono (gas). Esta etapa se realiza en 3 procesos (fermentación primaria, fermentación secundaria y maduración en la botella) y da a la cerveza los aromas, gas, etc. que la hacen óptima para su consumo (se puede empezar a consumir aproximadamente 1 mes después de iniciar la fermentación, pero es un producto vivo que evoluciona con el tiempo). Para obtener una fermentación óptima, necesitamos temperaturas por debajo de los 20ºC, esto, debido a que no podemos controlar de ninguna forma la temperatura ambiental, nos limita la época en que podemos hacer cerveza en los meses de otoño y sobre todo invierno.
¿Qué hacer con los residuos?
En el proceso de hacer cerveza se generan residuos, nosotros intentamos aprovecharlos todos tanto como podemos, ya sea el agua que empleamos para enfriar la cerveza, las flores de lúpulo (las utilizamos para fertilizar las plantas -simplemente las mezclamos con la tierra -), la levadura (se puede utilizar para hacer pan o sopas peculiares) … Pero si hay un residuo molesto son las maltas una vez finalizada la maceración. Esta malta llama bagazo -bagazo en castellano- y se conserva bastante bien unas semanas en la nevera (aunque en una fabricación de 50 litros de cerveza -unos 10-12 Kg de bagazo como mínimo- es inevitable tirar de ella una buena parte!).
El bagazo se puede utilizar para hacer pan y así evitamos enviar la malta hacia el contenedor marrón. Cabe decir que a nivel casero es difícil aprovechar TODO el bagazo, pero al menos podemos aprovechar una parte y hacer un buen pan! (Si tiene animales de granja también puede usarla para alimentarlos!). En España, la cervecera La Zaragozana (Ambar, etc.) junto con una panificadora comercializa este pan por tierras aragonesas. Nosotros hemos intentado hacer unas cuantas veces y queda muy bien, además el bagazo aporta más fibra y proteínas al ya de por sí saludable pan artesano.
Os paso un ejemplo de receta por si desea hacer pruebas.
Comenzaremos mezclando las harinas que utilizaremos (aprox. 400-500 g + 100 g de bagazo), en el pan que veis en las fotos empleamos: 200 g de harina ecológica para hacer pan (tipo harina de fuerza), 90 g de harina de blando integral ecológica, 120 g de harina de espelta ecológica y 90 g de bagazo (normalmente ponemos entre un 10 y 20% de bagazo sobre el total de harina -lo que veis en la foto viene de la JK # 8-). Después de las harinas, añadimos un poquito de aceite, una cucharadita de sal y una de azúcar integral (como el bagazo ya tiene un sabor dulce y restos de azúcares, los últimos golpes hemos prescindido de añadir azúcar). A continuación se añade la levadura (puede ser levadura en polvo -Añadir a unos 15 g- o fresco, o levadura de cerveza reutilizado -más o menos una culleradeta-, eso sí, se encontrará un sabor más amargo). Una vez lo tengamos todo, añadimos agua que no esté fría (300 ml, alguna vez lo hemos hecho con quintos de San Miguel y también funciona;)). Se mezclan bien los ingredientes hasta que quede una masa más o menos uniforme, la dejamos reposar una hora, volvemos a reunir (habrá hinchado la masa) y repetimos este proceso 2 o 3 veces, dependiendo de las ganas, el tiempo y la paciencia que tengamos.
En el último amasado ponemos la masa en un molde untado con aceite y encendemos el horno a una temperatura de unos 175 a 200 ºC y dejamos el molde que se vaya calentando cerca del horno. Una vez esté el horno caliente ponemos dentro del molde con la masa. Dejamos que cueza unos 50-60 minutos, hasta que veamos que ya queda el pan hecho (pinchando con una horquilla, por ejemplo), tras lo sacamos del horno, dejamos enfriar (o no!) Y ya está listo para comer acompañado de una buena cerveza!