¿Qué es el turismo ecológico?
Conoces esta otra manera de viajar, intentando reducir al máximo el impacto en el medio ambiente y en los recursos naturales y culturales de los territorios y convirtiéndolo en un impacto positivo?
Viajes a ciegas? O haces turismo sostenible?
Primeros días de junio. Los más inquietos les empieza a entrar la desazón si no tienen ya organizadas las vacaciones de verano. Los que siempre improvisamos, los miramos con una incredulidad que acabará convirtiéndose en envidia. Qué hacemos este año? Buscamos una playa espectacular? Hacemos ese crucero a las islas griegas? Tomamos la mochila y recorremos los Pirineos?
Viajar ya no es un lujo reservado a los ricos. En sólo una generación, hemos pasado de hacer de media, durante nuestra vida, un viaje -mayoritariamente el de boda- y como muy lejos en Mallorca, a sentir que nos falta algo si ese año no hemos podido visitar un nuevo país , cuanto más lejano posible. Vamos a la India, al menos una vez en la vida, para encontrarnos! Hemos cazado leones, con la cámara, claro, en Kenia. Nos conocemos con detalle los monumentos de Roma. Soñamos, sobre todo los más ‘ecologistas’, poder hacer un crucero a la Antártida o como mínimo ver el Perito Moreno (Argentina) antes del deshielo.
El estallido del turismo ha sido uno de los fenómenos más importantes del siglo XX. El número de turistas a nivel mundial ha pasado de cerca de 25,3 millones en 1950 a 1.138 millones en 2014, según el último número del Barómetro de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Y las previsiones son que supere los 1.500 millones en 2020.
Buenas noticias para la humanidad, malas para el planeta?
Viajar no es sólo un placer, estoy convencida de que lo que abrir la mente no es un tópico. Viajar nos hace más libres. ¿Qué hubiera sido de España sin aquella oleada de turistas europeos -sí, aquellas chicas con bikini de los años 60- que dieron pautas de actuación moral, social y cultural a aquellas generaciones educadas bajo el franquismo? Con ellos conocimos y quisimos entrar en la modernidad. El turismo es, sin duda, una actividad que tiene un gran impacto cultural y económico sobre el que viaja y, por supuesto, sobre la tierra de acogida.
Pero tenemos en cuenta el resto de impactos? Tengo una amiga que va y vuelve a Berlín como aquel que sale a dar una vuelta. «Es que me sale mucho más barato que quedarse en casa», me dice. De verdad nos sale tan barato? O es que hay costes que no asume nadie?
Viajar es una de las actividades humanas que más impacto genera en el planeta. Sólo hay que visualizar un instante los miles de aviones que peinan la tierra, con aquellas rayas invisibles perfectamente organizadas, y todo los gases de efecto invernadero que generan y que tienen un coste ambiental muy alto. Esta alteración climática, a medio plazo, tendrá costes humanos y económicos importantes. Según el Joint Research Center (JRC), sólo en Europa nos costará unos 190.000 millones anuales.
Ya que ahora mismo la mayoría de estos costes no están incorporados al que pagamos para viajar, tenemos la oportunidad de seguir haciéndolo. Ahora bien, tenemos la responsabilidad de minimizarlos para dejar un mundo habitable a las generaciones futuras, un mundo donde nuestros hijos también puedan viajar.
Si asumimos este compromiso, el primer paso será organizar nuestro viaje pensando en hacer un turismo responsable, un turismo sostenible.
¿Qué es el turismo sostenible o responsable?
Más allá de grandes definiciones, sería aquel turismo que sigue unos principios básicos:
- Tiene una huella ecológica mínima para el planeta.
- Permite que los recursos naturales y culturales de los territorios se conserven para poder seguir siendo utilizados en el futuro, y continúen reportando beneficios a la población.
- El desarrollo turístico se planifica y gestiona de forma que no cause problemas ambientales o socioculturales serios.
- La calidad ambiental se mantiene y se mejora.
- Los beneficios del turismo se reparten ampliamente entre toda la sociedad.
Por lo tanto, el turismo sostenible no es un tipo específico de turismo. Más bien sería una manera de viajar pensando en cuidar el planeta y el territorio que visitaremos. Nuestro viaje siempre tendrá un impacto, y podemos hacer que sea positivo.
¿Qué debemos tener en cuenta para hacer un turismo responsable?
A la hora de elegir destino
Está bien considerar los motivos reales de nuestro viaje, y si tenemos que viajar tan lejos. En todo caso, cualquier destino puede ser una buena opción si se hace de manera responsable. Ahora bien, existe la posibilidad de hacer un turismo comprometido, yendo a destinos donde nuestro impacto positivo será máximo. Esto lo podemos saber a través de organizaciones como Ethical Traveler, una ONG que quiere utilizar la influencia económica del turismo para proteger los derechos humanos y el medio ambiente o, como ellos dicen, «dar poder a los viajeros para cambiar el mundo».
A la hora de desplazarse
Elegir siempre los medios más respetuosos con el medio ambiente. Esto significa optar por caminar o ir en bicicleta para hacer desplazamientos dentro del territorio que visitamos o desplazarse en transporte público (tren, autobús …). En caso de que deba coger avión, tienen menos impacto -como asegura Marta Garcia a Viajar sin dejar rastro, autora del blog dandolelavuelta.com-, los vuelos directos que las escaleras. Además, hay que tener presente que cuanto más carga lleve el avión, más combustible será necesario para transportarlo y, por tanto, la huella en la atmósfera será mayor. Por lo tanto, vale la pena viajar ligero. Si queremos, una herramienta para compensar las emisiones de gases de efecto invernadero son los programas como CeroCO2 que permiten calcular, reducir y compensar la huella de carbono de tu viaje.
Dónde alojarse?
A la hora de alojarse forma parte del turismo responsable colaborar con el desarrollo económico del lugar que se visita, con la riqueza de la gente que vive en el territorio. No es necesario nutrir sólo las grandes cadenas turísticas. Siempre que haya la opción, es interesante, y culturalmente muy enriquecedor, alojarse en casas particulares o elegir alojamiento de pequeños operadores, de turismo rural, agroturismo, etc.
En las opciones de hoteles, hostales, etc. hay que saber que hay certificaciones (códigos de conducta, compromisos y premios, etiquetas …) que te permiten elegir aquellos que son más respetuosos con el medio ambiente. En Europa hay varias certificaciones de calidad como Green Globe 21 o la Carta Europea de Turismo sostenible en los espacios protegidos, además de la etiqueta Ecolabel, que tiene la garantía de la Comisión Europea de Medio Ambiente. Otras certificaciones son de ámbito nacional, como el Gites Panda en Francia o el Distintivo de Calidad Ambiental en Cataluña. Algunas certificaciones internacionales reconocidas son el Institute for Responsible Tourism – Global Sustainable Tourism Council, Green Globe, Green Seal, LEED o BREEAM, entre otros. En el ámbito rural está la etiqueta ECOLABEL ECEAT, que coordina el proyecto Ceres Ecotur.
También vale la pena buscar en los territorios de acogida herramientas de visualización de este tipo de servicios más sostenibles, similares al Mapa Barcelona + Sostenible
Qué comer?
En el ámbito de la comida, un turismo sostenible es aquel que, como en nuestro país, prioriza el producto local, de temporada y ecológico. Ahora mismo, hay opciones de agroturismo que lo ponen muy fácil, porque uno de los atractivos es consumir los productos que se cultivan en el lugar de la estancia.
Siempre es buena opción ir a los mercados locales y, a la hora de ir a restaurantes, hacer un vistazo a las listas de restaurantes recomendados, como por ejemplo El Mesón Gallego, uno de los mejores restaurantes en Sant Just Desvern.
En Europa, una de las iniciativas más interesantes es la Asociación Bio-Hoteles. Nace en Alemania y se extiende por gran parte de Europa para dar una opción de calidad a los consumidores de productos ecológicos. Son hoteles pequeños, de trato familiar. Para los hoteles de la Asociación es obligatorio el uso de productos bio, pero además tienen una política muy estricta de comportamiento ambiental, en cuanto a energías renovables, uso de la energía y agua, residuos, etc. Sin duda una opción comprometida.
Si tu opción es el veganismo, el portal especializado Veggie-Hoteles incorpora opciones en todo el mundo, donde no sólo tendrás comida vegana, sino una filosofía de respeto por el entorno y promoción de la salud.
El turismo sostenible es ecoturismo?
A veces lo confundimos, pero no, no son lo mismo. Como dice Xavier Basora en su artículo Ecoturismo, un concepto confuso: «El ecoturismo es una modalidad turística, mientras que el turismo sostenible y también el responsable son un conjunto de principios».
El ecoturismo es una actividad turística que consiste en «viajar o visitar áreas naturales con el objetivo de disfrutar y observar los atractivos naturales (paisaje, fauna, flora …) de estos lugares y las manifestaciones culturales asociadas». Hay también elegir aquellas opciones de ecoturismo que sean más sostenibles. Aunque está en el ADN de este tipo de turismo promover la conservación y la participación activa de las poblaciones locales. Cuando se diseña bien, el ecoturismo es seguramente el turismo más sostenible de todos.